Farewell
Sobre la mesa encontré un sobre con mi nombre escrito, Istvan, tenia mis dudas de quien me podría haberlo dejado, recorrí la mesa, le di un par de vueltas dudando sobre si tomarlo y abrirlo o declinar a ello, al final, lo tome y abrí aquel sobre que contenía una pequeña carta, supuse de parte de quien vendría y al empezar su lectura acerté.
“Istvan, hoy hice uso de una parte de tu regalo que me diste ayer, quinientas hojas color hueso hechas de papel grueso, casi tipo pergamino y la pluma y tintero adjuntas a ellas, tome unas para escribirte algo y despedirme de ti, ayer tus fantasmas y los míos desaparecieron entre el deseo y la pasión de una noche a tu lado, nuestros dolores amargos, nuestros hondos pesares se disiparon en tan solo unas horas de entrega total , física y espiritualmente en un acto irrevocable y sobre todo ansiado por ti y por mi, contenido en nuestras paredes de nuestro ser y cual caballos desbocados, no hubo pausa ni respiro alguno, tu sudor, tu olor ,tus labios y tu cuerpo mezclándose con los míos, nuestras almas fusionándose en la oscuridad, no me arrepiento de haberlo hecho hasta ahora, a pesar de que era mi deseo profundo desde que te conocí, por que tal vez haberlo hecho antes no habría significado tanto para mi como el valor que ahora tiene después de varios años de haberte conocido y sobre todo ansiado; un placer retardado, sabia que antes de irme de la ciudad y probablemente nunca volverte a ver, tenia que verte por ultima vez y atreverme a lo impensable contigo, afortunadamente, lo logre y lo hice, lo disfrute como no tienes idea, ahora puedo irme con dos regalos maravillosos, tu recuerdo y tus hojas y pluma, que me diste para poder seguir escribiendo como me gusta, a la antigua, con puño y letra, con pasión y verdad…
Gracias Istvan! “
Al terminar de leer su carta la doble y la metí en su sobre de nuevo, lo selle pasando mi lengua sobre el, la guarde en mi bolsillo izquierdo del pantalón, tome mis llaves y mi abrigo, decidí salir a caminar un poco, al comenzar a caminar recordaba poco a poco como la conocí, Isabel, era verdad la vi caminando en uno de los pasillos de mi escuela de ese entonces, sabia que era amiga de Ian, un compañero de mi salón, por azar, al caminar junto a Ian en uno de las pasillos que conducía a la salida apareció ella, se acerco y nos detuvimos, el amablemente me la presento, nunca supo sobre lo mucho que me atraía ella, pero me la presento, dulcemente me sonrío al instante y charlamos por unos minutos los tres, se despidió y cada uno siguió su camino; ahora cada vez que me la encontraba la saludaba y de alguna forma siempre terminábamos charlando algunos minutos en lo pasillos, a veces la acompañaba a su salón o ella al mío, coincidíamos en varias ocasiones de menos unas tres o cuatro veces por semana, lo cual me alegraba mucho y de cierta forma presentía que a ella también le agradaba encontrarme en los pasillos, nos hicimos amigos de la noche a la mañana esto me entusiasmaba inmensamente, al cabo de unas semanas me contó que empezaba a salir con un chico de ultimo grado, me sentí con el corazón arrebatado, totalmente abotargado y ensimismado me deprimí varios días, fútil depresión adolescente, después de mi “duelo” sabia que ella seria solo una amiga, una conocida que me atraía de sobre manera y que poco a poco como hechicera, me había seducido con su belleza y su dulzura naturales a ser su esclavo hasta el final de mis días; al salir de la escuela aquel chico con el que salía, jamás pensé en tener alguna posibilidad con ella, de hecho jamás lo pensé en ocasiones posteriores que charlábamos, bebíamos o incluso abrazábamos y consolábamos después de la ruptura de alguna relación, pasaron varios tipos con los que salio Ismael, Adrián, Mateo, Oscar, Rodrigo, Xavier, etc. Jamás sentí celos, o al menos no los suficientes como para que me tomaran como preso, jamás emane alguna palabra o sospecha de mi devoción a ella, nunca me sobre pase en las incontables veces que durmió en mi casa o después en mi departamento, aunque tentado vaya que lo estuve, pero me contuve como pude en todas esas ocasiones, nuestra amistad desde la escuela hasta la universidad había crecido exponencialmente, de hecho comencé a salir con varias chicas de la universidad y ella conoció a varias de ellas y jamás expreso alguna injuria contra de ellas ni nada parecido, lo cual afirmaba nuestra “calidad de amigos”,
Al término de la universidad, nuestros caminos se separaron rotundamente, yo me mude a vivir solo y en la mudanza perdí una agenda, por desgracia su teléfono venia ahí, así que pasaron unos tres años sin saber nada de ella, cuando me la encontré en el subterráneo en pleno invierno, se encontraba esperando un tren y aunque había cambiado bastante, se veía tremendamente hermosa vistiendo un abrigo largo negro el cual cubría un vestido gris y con su inconfundible cabello largo me había impactado bastante, no dude en hablarle, con un enorme agrado me abrazo y me dio un beso en la mejilla, hablamos por varios minutos intercambiamos teléfonos y prometimos volver a encontrarnos, así lo hicimos.
Salimos un par de veces a comer, coincidentemente ella trabajaba muy cerca de mi trabajo así que pudimos retomar el contacto sin mayor problema, salíamos a comer, en alguna que otra ocasión a beber una copa, ella me visitaba en mi departamento ya sea cuando estuviera de un humor excelente o destrozada por alguna decepción o problema, varias veces también llegue a ir a su departamento a beber una copa o a cenar algo, inclusive intercambiamos llaves de nuestros departamentos para visitarnos en cualquier momento, transcurrimos así al menos un par de años, hasta que en su trabajo le comunicaron que tenia la oportunidad de ser transferida a Inglaterra y que necesitaban saber si aceptaba el puesto, obvio no desistió, se mudaría en dos semanas y casi de inmediato me lo comunico, de nuevo mi corazón dio un vuelco, incluso me sentí mareado en el momento que me lo dijo, sabia que probablemente nunca la volvería a ver y que no habría vuelta atrás en su decisión, me sentí bastante mal y nauseabundo por días, no sabia que hacer, por varios días no nos vimos , lo cual acrecentó mi situación, ella estaba ocupada arreglando su salida de su departamento y la llegada a Inglaterra pero me marco unos días después, deseaba verme un día antes de tomar su avión, acepte; pasaron los días rápidamente y lo único que se me ocurrió fue regalarle ese paquete de hojas color hueso y el tintero y la pluma, para que pudiera escribir lo que quisiera, ya que ella amaba escribir, de hecho tenia un diario que siempre guardaba celosamente en algún rincón de su recamara; llego el día, fuimos a comer como de costumbre al mismo sitio y ordenamos básicamente lo que usualmente comíamos en nuestras visitas, charlamos un poco, aunque evidentemente me sentía algo abrumado y consternado por su nueva y lejana mudanza, al salir fuimos al cine a ver una película francesa que tenia muchas ganas de ver, a media película me dio un beso en la mejilla y recargo su cabeza en mi hombro, sorprendido, comencé a acariciarle el rostro con mi mano derecha, pasaba mis manos sobre su rostro y en algún momento comenzó a besar mis dedos, seguí acariciándola y por minutos, que para mi fueron horas sublimes, seguimos así hasta que un poco antes del final de la película tome su rostro con ambas manos y la bese en los labios, ella me respondió y seguimos besándonos hasta el final de la película y un poco después de que prendieron las luces, abandonamos el cine y fuimos a tomar un par de tragos, en el camino la abrace y ella apoyaba su cabeza en mi pecho, llegamos al lugar y nos besamos incontables ocasiones, no dijimos ni una palabra, dejamos que el silencio reinara y que nuestras acciones , gestos caricias y miradas hablaran por nosotros, que expresaran el deseo de ambos, así transcurrió toda la noche hasta llegar a mi departamento e hicimos el amor toda la noche, nos unimos por el deseo y la pasión latentes en nuestros cuerpos, hundidas en nuestros espíritus y condenadas por nuestros distintos caminos, la tome entre mis brazos, la abrace, la acaricie, la bese la toque, la respire y la penetre varias veces y sabia que cada una de estas veces se quedarían grabadas en piedra y fuego en nuestras memorias, este era mi único consuelo, que lo podría revivir una y otra vez en mi mente , aunque fuese solo en mi mente.
He llegado al final de mi camino y veo desde lo más alto de la ciudad, los cerros y colinas repletos de luces, luces de casas y edificios, veo los autos pasar en las calles de asfalto y tierra comprimidas, veo los monumentos de bronce y mármol, veo los rascacielos de acero y cristal, veo a la gente caminado en los callejones, avenidas y bulevares, a las parejas besándose, veo al ultimo avión de la noche llegar , oigo los ruidos y murmullos de la ciudad en movimiento, respiro el aire nostálgico de esta ciudad y mientras sopla el viento suelto lagrimas de mis ojos y pequeñas piezas de la carta con mi nombre, Istvan.