domingo, 27 de enero de 2013

Conductor Designado

Conductor Designado.

"Acelera, solamente acelera y dejemos todo atrás por favor; olvidemos a Edgar, olvidemos a Daphne, olvidemos el temblor de nuestras manos, olvidemos los teléfonos sonando durante noches enteras, dejemos enterradas la culpa y el desasosiego; toma mi mano, pisa el acelerador, no voltees, por que si lo haces me perderás  ¿lo entendiste?, así que continua hacia adelante a 200km/h o lo más rápido que puedas, mientras más rápido vayas podre dejar de ser Martha y tu podrás dejar de ser Gabriel..."

Sus palabras contundentes, salidas con angustia y desesperación llegaron directamente a mis oídos, sus manos fuertemente sujetaban mi chaqueta y lo que alcanzaba a ver de reojo de su rostro en mi retrovisor mostraban un temor inconmensurable, ¿Al pasado?, ¿Al futuro?, ¿Al vertiginoso y poco ominoso presente?, no lo se, pero sus delgados dedos que me tomaban fuertemente, su voz desquebrajada y la parcialidad de su rostro hundido y perdido entre las sombras y luces que se desvanecían en el retrovisor me empujaban a continuar el paso veloz del auto, sabía, yo sabía que esto acabaría mal para alguno de los dos pero aun así seguí con determinación de desaparecer con esta mujer a mi lado de esta desgastada e inmunda ciudad.

Ese BMW negro que nos seguía se ha perdido al fin, estoy entrando a la autopista y se que ya no puedo regresar, desde el primer momento en el que ella subió al auto supe que esta noche cambiaría todo, jamas había confiado en mis instintos pero esta vez la sensación fue inmensa y me rendí a ella, total e incondicionalmente; la carretera luce sola, vacía es la 1:56 a.m., los paramos, las curvas, el asfalto, los arboles, la inmensidad y la oscuridad del cielo que oculta a las estrellas son lo único que nos acompañan; la radio esta apagada y el ruido del motor al cambiar de velocidades es silenciado por su llanto, ha dejado de sujetar mi brazo, lo único que puedo ver de ella es su cabello sobre su rostro y sus manos sujetando su cabeza, me mantengo callado, no tengo nada que decir, ¿Que le puedo decir?, el típico "Todo estará bien", no, odio esa frase y más en estos momentos, por que de verdad no se lo puedo garantizar, no tengo argumentos  ni nada solido que decirle, mi silencio la acompaña mejor que las palabras fútiles, así continuare, en silencio.

Se ha quedado dormida y su rostro ahora es apacible, no parece que ha llorado por horas; detengo el auto un momento y le pongo mi abrigo que se encontraba en el asiento de copiloto, la tapo, tomo su cabello delicadamente con mis dedos, la observo fijamente, luce tan inocente, no se a ciencia cierta de que estaba huyendo, no parece una chica que se meta en problemas muy seguido, de hecho siento que salio despavorida a las calles por que ni tiene a nadie quien la ayude, quizás una chica provinciana o tal vez una de esas muy contadas dulces criaturas que la noche arroja de su vientre y que deambulan cual ángeles caídos, llenos de gracia y ternura; decido prender la radio, vuelvo a encender el auto y regreso al camino, aunque las dudas me rodean por completo e invaden mi mente acelero y dejo que la voz que emana de mis bocinas me mantenga despierto y con los ojos en el asfalto.

La noche ha llegado a su punto mas álgido y el recuerdo de hace unas horas sigue presente en mi mente; iba manejando tranquilamente sobre Hudson Avenue con la firme intención de parar a cenar algo, cuando de repente en un alto, ella abrió la puerta trasera, se metió al auto y gritándome me dijo "Por favor llévame lejos de aquí, necesito irme lejos de aquí...", inmediatamente la voltee a ver y sorprendido acelere a fondo, mientras conducía sobre la avenida me dijo su nombre, a que se dedicaba y que huía de un tal Edgar, que sigo sin saber si es ¿Un novio celoso?, ¿Acosador?, ¿Jefe pendenciero? o algo parecido, comenzó a preguntarme  cosas como mi nombre, a que me dedicaba y si tenia novia antes de que pudiese preguntarle quien es ese tal Edgar; se quedo en silencio unos minutos y decidí parar el auto, ella sorprendida solo me dijo que confiara en ella, que no era una chica mala, que solo quería irse lejos de esta ciudad; en ningún momento voltee a verla , solo la veía a través de mi retrovisor, con su su rostro bello pero bañado en lagrimas y su cuerpo delgado que lucia con unos jeans azules y un suéter gris; no sabía que hacer, ¿Esconderla en mi casa?, ¿Llevarla a tomar un autobús?, ¿Dejarla con algún amigo?, miraba su rostro desencajado pidiéndome ayuda y por algún motivo que sigo sin entender acepte a llevarla lejos, aunque necesitaba pasar por dinero a mi departamento, ella acepto y fuimos a mi casa, tome dinero y llene una pequeña mochila con algo de ropa; antes de irnos pase al baño donde me enjuague la cara, respire hondo y tome valor para irme con esta desconocida, dentro de mí sabía que no había nada que perder,  esta ciudad ya me había ofrecido todo lo que tenía y no lo supe aprovechar, estaba estancado en una relación perdida, en un trabajo miserable y con pocas amistades, pocos me extrañarían y pocos preguntarían por mi, mi ausencia en este lugar se vería opacada por lo intempestiva y volátil vida que se lleva en la ciudad, sin duda irme con ella era la mejor opción que tenía y que caída como del cielo, se me había presentado; salimos del edificio y comenzó el episodio más violento de esta noche.

Íbamos avanzando sobre las calles dirigiéndonos hacia la autopista, cuando note que un auto negro nos seguía sigilosamente, ella también lo noto, así que aumente la velocidad y aquel auto también aceleró y se acerco horriblemente a nosotros, ambos íbamos manejando a gran velocidad y esquivando autos a medida que pasaban, el terror en su rostro era notorio, mi nerviosismo absoluto aun más; el auto negro quedo a un lado mío y nos intento golpear alcance a mover el volante y evitar que nos golpease, pero lo volvió a intentar, consiguiéndolo y con arrancarle un grito a ella, el camino se volvía mas estrecho, por lo que un golpe del otro auto prácticamente marcaba nuestro fin del camino, así que solo me quedaba una opción y era hacer alguna maniobra donde pudiese dejar atrás al perseguidor, por lo que pise el freno y di un giro violento al volante, el otro auto no alcanzó a frenar rápido y se siguió de largo una buena cantidad de metros dándome la suficiente ventaja para poder dejarlo atrás mientras cambiaba de velocidad y pisaba el acelerador a fondo, en ese momento ella me sujeto el brazo y me pido que acelerara aun más y lo hice.

El amanecer esta cercano y mis ojos están terriblemente cansados, mis brazos y mis piernas se encuentran todavía tensos y adoloridos, ella continua durmiendo, así que pasar a un hotel no sería muy bueno, una siesta de un par de horas me ayudará, alcanzo a ver un camino de terracería donde puedo orillarme y estacionarme, al estacionarme de inmediato cierro los ojos, el cansancio es total. El sol comienza salir por el Este como de costumbre, pero ahora no hay ruidos de autos ni voces de personas que me puedan indicar que hora es, los rayos del sol suavemente brillan en el horizonte y algunos más apenas alcanzan a tocar mi brazo izquierdo, la calidez y el brillo de los mismos me despiertan poco a poco, sigo sin saber que hora es, volteó y el asiento trasero se encuentra vació, mi abrigo esta en su lugar, radio no suena y ni una señal de aquella chica por supuesto; asustado y desesperado salgo corriendo a la autopista, corro en sentido contrario para ver si no se encuentra sobre el camino, pero no está; corro de regreso y hacia adelante para ver si no intento huir de algo y tampoco hay una pista de ella,se fue, no esta, se perdió de mi vista un par de horas y ya no esta, no hay huella ni rastro de ella, una tristeza y profunda incertidumbre corren dentro de mí y me rodean por completo, ¿A donde fue?, ¿ Murió?, ¿Vive?, ¿Fue real?, ¿Fue una ilusión?, ¿Un sueño despierto?, ¿Una fantasía paranoica?, no tengo ni la menor idea; a ella la tengo tan presente, tan real, tan verdadera, tan frágil y tan bella, que me cuesta creer que ya no esta en e auto o cerca de aquí, decido esperar a ver si aparece de la nada, así como ella llegó a mi vida, pero pasan los minutos y no reaparece, ella fue el pretexto para salirme de aquel horrible departamento y vida que tenía en la ciudad, ella fue la única razón por la que tome el valor para hacer cosas que jamas en mi vida pensé que podía hacer; ya no le pude agradecer por eso, ya no supe nada más acerca de ella, quiero pensar que  en verdad era un ángel o quizás un hada, quiero creer como niño pequeño e iluso en historias sobrenaturales o en historias paranormales o fuera de lo común, quiero creer en eso por que quiero creer que ella esta bien y que solo vino a este mundo a ayudarme y no al revés, como lo pensé durante toda la noche; la melancolía es barbara y despiadada, me siento mal pero debo de seguir adelante por que atrás de mi ya no hay nada que valga la pena, ella me hizo prometer que seguiría hacia adelante siempre, se fue y me dejo aquí en medio de la nada con un vacío enorme, ¿Que hacer ahora?, buena pregunta para la cual aun no tengo respuesta, pero quizás en el camino la encuentre, tomare el camino hacia el sur, de seguro ahí esta mi respuesta. Adiós Martha, gusto en conocerte.


Ian Pavel