jueves, 28 de febrero de 2013

Pobre Escarabajo

Pobre Escarabajo.

La música suena fuerte a través de las bocinas, la cuerdas de la guitarra suenan como un ruido pequeño e incesante que se desliza sobre mis oídos, la voz me hipnotiza y me atrae cual mantra celestial, el bajo y la batería hacen que vibren los espejos del lugar, resuenan en la ropa de los presentes, sus ondas tocan los cuerpos en movimiento y sobre todo transmite un mensaje, algo confuso en ocasiones, muy claro y evidente en otras, las luces y el humo que despiden los cigarrillos hacen un juego perfecto mientras Marissa, la mesera se acerca a darme un Jack Daniels, mi bebida favorita para momentos como este, los momentos del desamor absoluto y despiadado; ella me sonríe tímidamente  yo solo la observo y dibujo una mueca lastimosa, nos miramos a los ojos brevemente y en ese instante un silencio...

"... And when she lets me slip away.."

... eso dijo la voz y de inmediato comenzó la música de nuevo, ahora mucho más fuerte y potente mientras Marissa y yo bajamos la mirada; ella me recuerda a alguien, no se a quien ahora pero me recuerda alguien, su figura delicada que casi se desvanece entre el humo, sus manos delgadas y sus dedos que lucen frágiles,  su mirada tierna y escondida bajo un par de anteojos de pasta negros, su boca pequeña y con unos labios levemente pintados; si ella me recuerda a alguien, en ese instante me pregunto ¿Me recuerda a Ilse?, quizás, hay algo en ella que me hace recordarla, no se a ciencia cierta pero hay algo; es un fastidio, ahora todo me recuerda a ella, la música, el Jack Daniels, los cigarrillos encendidos, las mujeres en vestidos ajustados y cortos, las mujeres con mezclilla, las mujeres con cabello largo, las mujeres morenas y de piel blanca, las meseras, todo absolutamente todo, que maldito fastidio; la soledad me hace pensar en ella, eso debe de ser, el alcohol que bebo esta alterando mi percepción, llevo tres horas bebiendo desdichadamente en la ultima mesa en el rincón mas aislado de todo el lugar y por eso ahora creo que todo me recuerda a Ilse, pero no soy yo quien habla, habla el alcohol por mí, habla mi  buen amigo Jack.

Quiero ir a otro lugar pero Marissa me detiene, mi amigo Jack me dice "Invítala a tomarse algo contigo", ¿Me va a decir que no?, "Hazlo, no seas cobarde"; Lo hago y le pido otro trago, le insisto que se tome uno conmigo, al fin y al cabo yo invito le dije; ella sonrió de nuevo y dijo "Solo uno", se sirve, bebemos al mismo tiempo y alcanzo a ver en mi distorsionada visión su dentadura perfecta, observo como la linea de sus labios hace un juego excelente con todo su rostro; he caído y ella también, el único trago se convirtieron en dos, luego tres y al final en una cuenta inmensa que ya no tiene caso llevar, paradojicamente el Dj vuelve a poner la misma canción de hace un rato, la voz ahora se esconde de mis oídos, no la percibo, la voz de ella es lo único que alcanzo a escuchar, me cuenta que ella también tiene su corazón desdichado por un tal Edmundo, compañero suyo de la facultad que la dejo hace unos días, ella estudia Comunicación, trabaja aquí desde hace unos pocos meses y desea ser periodista al salir de la Universidad; que fastidio, ya soltó su boca y empezara a llorar y a decirme lo desdichada que es desde que su novio de cuarta lo dejo, voy a detenerla. la voy a besar, si, eso haré, es un beso inofensivo.

"Beetlebum,
What You've Done?
She's a Gun,
Now, What You've Done Beetlebum?..."

Marissa y yo nos estamos besando apasionadamente en el taxi, lo que fue una forma de callarla con un beso   inofensivo se convirtió en una vorágine de más besos y caricias, eran las 4 a.m. cuando salimos del lugar las calles estaban desoladas y ambos estábamos sumamente ebrios, así que en mi poca consciencia que me quedaba decidí que nos fuéramos a mi departamento, me tomo de la mano y ella paro un auto, inmediatamente después de entrar al taxi e indicarle la dirección, ella comenzó  besarme, sus besos y sus malditos labios me hacían pensar cada vez mas en Ilse y estoy seguro que los míos hacían el mismo efecto en recordarle a su novio de pacotilla, así continuamos hasta llegar a mi casa; al llegar nos dirigimos rápidamente al elevador, piso 4 le dije, presiono el botón y continuamos besándonos, le quite sus lentes y ella me quito el saco, le quite su abrigo, !Ding¡, hemos llegado, tome mi llave, abrí lo más rápido posible, entramos e inicie a besarle el cuello, mientras ella me acariciaba la nuca, después nos besamos apasionadamente por varios minutos y nos empezamos a desnudar, de inmediato en la desnudez de ambos ella estrujo fuerte mi sexo y yo sus pechos, la lleve despiadada y furtivamente a mi cama mientras seguía besándola y ella acariciándome,  nos recostamos y comenzamos a tener sexo, el sexo mas enloquecido y endemoniado posible por un par de extraños, ambos con los ojos cerrados, nos mantuvimos en la oscuridad moviendo nuestros cuerpos al ritmo de aquella canción perdida donde nos conocimos, nuestras voces jamas emanaron ninguna palabra, pero podía sentirlo; ella quería gritar su nombre y yo el de ella, Ilse, sexo duro con pensamientos tristes, pobres escarabajos, pobres desdichados.

"... She turns me on 
And all my violence is gone,
Nothing is wrong,
I just slip away and I am gone..."


Oigo un quejido, un llanto en mis sueños, todo es oscuro y resuena esta voz lamentándose por todos lados, no reconozco la voz, me siento raro y quisiera despertar, pero mis ojos se niegan a abrirse, me mantengo dormido y sigo escuchando ahora cada vez mas lejana esa voz, se pierde, se desvanece mientras la oscuridad se vuelve luz  blanca y cegadora lentamente. Despierto y Marissa yace a un lado mío, su espalda desnuda se ve hermosa mientras el sol brilla en su hombro y su cabello refleja la luz que poco a poco va entrando a la recamara, me siento de maravilla por unos segundos , por que casi de inmediato recuerdo la situación de ambos; unos desdichados teniendo sexo en la oscuridad para no reconocer nuestros rostros, inundados en nuestra melancolía nos entregamos al deseo por el deseo, al alcohol y sus efectos socializadores y sobre todo a llenar el vacío imperante en nuestros corazones, decido levantarme y meterme a la ducha, el agua fría me caerá bien. Al terminarme de duchar y salir del baño, la veo en la orilla de la cama poniéndose su ropa interior, ella escucha mis pasos, voltea y me dice "Buenos Días", le regreso el saludo y comienzo a vestirme, ella mientras tanto termina de vestirse por completo se acerca a mí y me mira directamente a los ojos, mantenemos la mirada fija el uno al otro, silencio absoluto; esos segundos se me hacen una eternidad, sin decir una sola palabra ella me abraza, al sentir su cuerpo extiendo un poco mis brazos y la sujeto de la cintura, no sabía que hacer así que la sujete fuertemente, en ese instante me susurra: "Adiós escarabajo", besa mis labios tiernamente y se va, dejándome en la soledad una vez más, dejándome de regreso al inicio de todo, el vacío; toco mis labios después de su beso y le susurro a la estela que dejo atrás " Adiós escarabajo".




Ian Pavel.