jueves, 2 de enero de 2014

Release

Release.


"I see the world
Feel the chill
Which way to go
Windowsill
I see the words
On a rocking horse of time
I see the birds in the rain"


El cielo se está pintando de rojo, el atardecer se aproxima aquí en las colinas del condado donde vivo; las nubes se van tornando carmesí y los pájaros vuelan apresuradamente hacia sus nidos en medio del paraje que nos rodea en este pueblo, Green Garden, Pennsylvania; yo vivo en la Kirk Portman Street, en la vieja casa que me dejo mi padre; vivo lleno de muchos recuerdos de la infancia y la adolescencia como fotos, guantes de baseball, balones de football americano y cosas así, ocasionalmente, me visita uno de mis tíos, pero en realidad vivo solo en esta casa; trabajo en la fábrica de acero que está a las orillas del pueblo, Big Steel USA Co., durante muchos años mi vida giro alrededor de la fábrica, hasta hace unos 5 años era un empleado más; un obrero que hacia su labor día tras día, me encargaba de una de las maquinas enormes que vertían la mezcla para realizar la fundición del acero, entraba todos los días a las 6 am y salía alrededor de las 4 pm, turnos largos sin muchos descansos eran mi pan de cada día, aun así me divertía ocasionalmente en alguno de los bares que existían en el pueblo;  iba, tomaba  algunos tragos con mis amigos o con mi hermano, veíamos deportes por la televisión y regresaba a casa terminado el juego en turno,  manejaba una camioneta usada y algo destartalada, pero con un motor potente, que no le pedía nada a alguno de los modelos más actuales, tenía una novia, muy linda, no era la más bella del pueblo, pero vaya que levantaba algunos suspiros por las calles de Green Garden, su nombre era Vivian, Vivian Mcdougall.

Vivian, todo lo contrario a los prejuicios que encapsulaban su apellido de origen irlandés, no era una linda chica de tez blanca y cabellera pelirroja, no, ella era una linda chica de tez morena clara, no muy alta, delgada, con una sonrisa enorme que era capaz de deslumbrar a cualquiera en varios kilómetros a la redonda, ojos café oscuro  de una profundidad aterradora, nariz pequeña y fina, labios delgados pero dulcemente bien delineados y que hacían juego perfecto en su rostro, pero lo más interesante de ella, quizás, eran sus manos, delgadas, pequeñas pero suaves, muy suaves, parecían manos de muñeca, delicadas y tersas, con ellas después de hacer el amor por las noches me acariciaba el cabello, por las mañanas tomaba mi mano y me daba un pequeño beso para despertar, en las tardes me arrullaba después del trabajo, a veces me quedaba en su casa, un departamento pequeño que rentaba muy cerca del centro del pueblo, no salíamos mucho, pero pasaba muchos días de mi existencia a su lado, cuando no estaba en el bar bebiendo, estaba con ella haciendo el amor, durmiendo simplemente o cocinando inclusive llegue a conocer a su familia; tenía dos hermanos llamados Jack y Nicole, ambos, menores que ella, sus padres Carol y Steven eran muy amables, todos ellos vivían en el pueblo aledaño, Stappleton, Vivian era cuidadora dentro de una guardería para los trabajadores de la fábrica, llego ahí por recomendaciones de una de sus amigas  y precisamente al acompañar a uno de mis amigos de la fundidora la vi, sonriendo y jugando con los niños pequeños mientras el sol y el cielo se volvían rojos ante mis ojos, el viento suave ondeaba su cabello al mismo tiempo que Vivian se fundía con esa paisaje, como salida de un sueño de otoño, quede atrapado, y sabía, en el fondo sabía que terminaríamos juntos algún día y así fue.

Un día espere a que saliera de su trabajo, me presente con ella y fui muy franco y directo con ella, le conté lo hermosa que se veía mientras el atardecer caía sobre nosotros aquel momento en el otoño, le dije que desde ese momento sabía que estábamos destinados a estar juntos, Vivian sonriendo solo se sonrojo y me pregunto mi nombre, Daniel, le dije, me pregunto si trabajaba en la fábrica y le dije que sí, empezamos a charlar a medida que caminábamos a su auto, la invite a salir al siguiente día, salimos y así comenzamos a estar juntos, poco a poco me fui enamorando perdidamente de ella, su familia me aceptaba sin problemas y mi hermano solía llevarse bien con ella, en él trabajaba sabía que jamás sería ascendido, pero aun así ganaba lo suficiente para tener una buena vida junto a ella, todo parecía ir bien, quizás, demasiado bien.

Dodge Ram, modelo 1997; esa era mi camioneta; 60 millas por hora, fue la velocidad a la que choque contra el auto de la familia Richardson; Dos costillas rotas y una ceja partida; fueron las consecuencias del choque de la Sra. Maggie Richardson; hemorragia interna debido al impacto a alta velocidad del vehículo donde iba la Srita. Mcdougall; la causa de muerte de Vivian. El único viaje que llegamos a hacer fuera de Green Garden, lo hicimos al bosque del condado de Fort Brinslow, dentro del mismo estado; nos subimos a mi camioneta una mañana de Diciembre, muy temprano para poder pasar todo el día juntos en ese bosque, regresar a su casa en la noche y descansar; el camino de ida no tuvo ningún problema, el camino de regreso fue lo tempestuoso; en el bosque habíamos caminado durante varias horas, así que estábamos muy cansados, ambos tomamos un par de cervezas mientras estuvimos en ese lugar, cuando subimos al auto y comenzamos el regreso a casa Vivian cayo dormida de inmediato, yo continúe bebiendo otro par de cervezas mientras manejaba,  me termine ambas latas, pero en cuanto me acabe la última Budweiser, mis ojos comenzaron a sentirse pesados, mis parpados, cargaban una tonelada de sueño, comenzó a llover fuertemente y la noche comenzó a caer rápidamente, de pronto, me encontraba manejando a alta velocidad entre las tinieblas de la carretera, con mis sentidos alterados por el alcohol y con un cansancio enorme a mis espaldas, al otro día tenía trabajo, no podía no llegar a Green Garden, no encontraba ningún motel, la lluvia, no cedía y la oscuridad de la noche parecía engullirnos, las líneas de la carretera se volvían inmensamente borrosas ante mis ojos, poco a poco, entre sueños, hago memoria de como empecé a mover el volante tratando de no perder el camino, pero lo perdí; mis ojos se cerraron por unos 10 segundos, y al abrirlos, ya tenía un auto frente a mí, el auto de la Sra. Richardson, lo golpee tan fuerte y a tan alta velocidad, que solo recuerdo vagamente como intente proteger a Vivian con mis brazos y como el choque de las dos maquinarias fue tan ensordecedor que mis oídos parecían estar a punto de estallar, después, todo se volvió completamente oscuro, desperté y ambos autos estaban echando humo, Vivian estaba llena de sangre, yo , me encontraba aturdido y lleno de golpes en mi cabeza y mis brazos, comencé a gritarle a Vivian, nunca me contesto, salí del auto a pedir ayuda y en ese momento me di cuenta que Vivian nunca más regresaría a mi lado.


5 años, me dieron de cárcel, muerte imprudencial fue el cargo, su familia me demando y aunque pudieron haberme dado 10 o hasta 15 años en prisión,  el jurado se apiado de mí, no sé por qué, quizás la historia de un trabajador común dentro de un poblado industrial, que venía con su novia después de tomar unas cuantas cervezas les parecía muy conocida, posiblemente se identificaban consigo mismos, tal vez sabían que en un descuido, como el mío, podrían ocupar mi lugar; 5 años me parecían poco, una estupidez mía me quito a Vivian; nunca la engañe, nunca la golpee, nunca discutí a altas horas de la noche con ella y jamás fui celoso, no fui el novio ejemplar que podrían unos decir, no, era un hombre común, con una mujer común, en un lugar bastante común también, nuestra vida, transcurría en relativa paz; probablemente nunca íbamos a tener una gran casa, con un perro y un par de niños; probablemente, hubiésemos llegado a casa ese día, hubiéramos dormido y al otro día hubiese ido a la fábrica, tal vez seguiríamos juntos hasta ahora, no lo sé , nunca lo sabré; Salí de la cárcel y hasta ahora parece que mi vida regresa a la normalidad, pero no es así, todos en Green Garden me miran de reojo, con una mirada de desdén en ocasiones, mi hermano dejo el pueblo, en la fábrica trabajo sin parar, pero la culpa me rodea, me toma por completo en las noches, me desgarra en momentos inesperados; a veces, solo quisiera ser libre de todo sentimiento, libre de todo recuerdo, pero no puedo y tampoco quiero hacerlo, Vivian vive en esos recuerdos, vive en esa culpa y ese inmenso amor que aún le tengo, en estos atardeceres en Green Garden, en los hermosos paisajes que se dibujan en los otoños sobre el condado, entre los árboles , los hornos de la fábrica, el cielo rojo y sus rayos de sol que se aclaran ante la mirada de todos los que aquí vivimos y morimos;  cuando deje ir todo esto quizás, mi vida acabe en este pueblo, incluso en este mundo.



Ian Pavel.