Release.
"I see the world
Feel the chill
Which way to go
Windowsill
I see the words
On a rocking horse of time
I see the birds in the rain"
El cielo se está pintando de rojo,
el atardecer se aproxima aquí en las colinas del condado donde vivo; las nubes
se van tornando carmesí y los pájaros vuelan apresuradamente hacia sus nidos en
medio del paraje que nos rodea en este pueblo, Green Garden, Pennsylvania; yo
vivo en la Kirk Portman Street, en la vieja casa que me dejo mi padre; vivo
lleno de muchos recuerdos de la infancia y la adolescencia como fotos, guantes
de baseball, balones de football americano y cosas así, ocasionalmente, me visita
uno de mis tíos, pero en realidad vivo solo en esta casa; trabajo en la fábrica
de acero que está a las orillas del pueblo, Big Steel USA Co., durante muchos
años mi vida giro alrededor de la fábrica, hasta hace unos 5 años era un
empleado más; un obrero que hacia su labor día tras día, me encargaba de una de
las maquinas enormes que vertían la mezcla para realizar la fundición del
acero, entraba todos los días a las 6 am y salía alrededor de las 4 pm, turnos
largos sin muchos descansos eran mi pan de cada día, aun así me divertía
ocasionalmente en alguno de los bares que existían en el pueblo; iba, tomaba
algunos tragos con mis amigos o con mi hermano, veíamos deportes por la
televisión y regresaba a casa terminado el juego en turno, manejaba una camioneta usada y algo
destartalada, pero con un motor potente, que no le pedía nada a alguno de los
modelos más actuales, tenía una novia, muy linda, no era la más bella del
pueblo, pero vaya que levantaba algunos suspiros por las calles de Green
Garden, su nombre era Vivian, Vivian Mcdougall.
Vivian, todo lo contrario a los
prejuicios que encapsulaban su apellido de origen irlandés, no era una linda chica
de tez blanca y cabellera pelirroja, no, ella era una linda chica de tez morena
clara, no muy alta, delgada, con una sonrisa enorme que era capaz de deslumbrar
a cualquiera en varios kilómetros a la redonda, ojos café oscuro de una profundidad aterradora, nariz pequeña
y fina, labios delgados pero dulcemente bien delineados y que hacían juego
perfecto en su rostro, pero lo más interesante de ella, quizás, eran sus manos,
delgadas, pequeñas pero suaves, muy suaves, parecían manos de muñeca, delicadas
y tersas, con ellas después de hacer el amor por las noches me acariciaba el
cabello, por las mañanas tomaba mi mano y me daba un pequeño beso para
despertar, en las tardes me arrullaba después del trabajo, a veces me quedaba
en su casa, un departamento pequeño que rentaba muy cerca del centro del
pueblo, no salíamos mucho, pero pasaba muchos días de mi existencia a su lado,
cuando no estaba en el bar bebiendo, estaba con ella haciendo el amor,
durmiendo simplemente o cocinando inclusive llegue a conocer a su familia;
tenía dos hermanos llamados Jack y Nicole, ambos, menores que ella, sus padres
Carol y Steven eran muy amables, todos ellos vivían en el pueblo aledaño,
Stappleton, Vivian era cuidadora dentro de una guardería para los trabajadores
de la fábrica, llego ahí por recomendaciones de una de sus amigas y precisamente al acompañar a uno de mis
amigos de la fundidora la vi, sonriendo y jugando con los niños pequeños
mientras el sol y el cielo se volvían rojos ante mis ojos, el viento suave
ondeaba su cabello al mismo tiempo que Vivian se fundía con esa paisaje, como
salida de un sueño de otoño, quede atrapado, y sabía, en el fondo sabía que
terminaríamos juntos algún día y así fue.
Un día espere a que saliera de
su trabajo, me presente con ella y fui muy franco y directo con ella, le conté
lo hermosa que se veía mientras el atardecer caía sobre nosotros aquel momento
en el otoño, le dije que desde ese momento sabía que estábamos destinados a
estar juntos, Vivian sonriendo solo se sonrojo y me pregunto mi nombre, Daniel,
le dije, me pregunto si trabajaba en la fábrica y le dije que sí, empezamos a
charlar a medida que caminábamos a su auto, la invite a salir al siguiente día,
salimos y así comenzamos a estar juntos, poco a poco me fui enamorando
perdidamente de ella, su familia me aceptaba sin problemas y mi hermano solía llevarse
bien con ella, en él trabajaba sabía que jamás sería ascendido, pero aun así
ganaba lo suficiente para tener una buena vida junto a ella, todo parecía ir
bien, quizás, demasiado bien.
Dodge Ram, modelo 1997; esa era
mi camioneta; 60 millas por hora, fue la velocidad a la que choque contra el
auto de la familia Richardson; Dos costillas rotas y una ceja partida; fueron
las consecuencias del choque de la Sra. Maggie Richardson; hemorragia interna debido
al impacto a alta velocidad del vehículo donde iba la Srita. Mcdougall; la
causa de muerte de Vivian. El único viaje que llegamos a hacer fuera de Green
Garden, lo hicimos al bosque del condado de Fort Brinslow, dentro del mismo
estado; nos subimos a mi camioneta una mañana de Diciembre, muy temprano para
poder pasar todo el día juntos en ese bosque, regresar a su casa en la noche y
descansar; el camino de ida no tuvo ningún problema, el camino de regreso fue
lo tempestuoso; en el bosque habíamos caminado durante varias horas, así que
estábamos muy cansados, ambos tomamos un par de cervezas mientras estuvimos en
ese lugar, cuando subimos al auto y comenzamos el regreso a casa Vivian cayo
dormida de inmediato, yo continúe bebiendo otro par de cervezas mientras manejaba, me termine
ambas latas, pero en cuanto me acabe la última Budweiser, mis ojos comenzaron a
sentirse pesados, mis parpados, cargaban una tonelada de sueño, comenzó a
llover fuertemente y la noche comenzó a caer rápidamente, de pronto, me
encontraba manejando a alta velocidad entre las tinieblas de la carretera, con
mis sentidos alterados por el alcohol y con un cansancio enorme a mis espaldas,
al otro día tenía trabajo, no podía no llegar a Green Garden, no encontraba
ningún motel, la lluvia, no cedía y la oscuridad de la noche parecía
engullirnos, las líneas de la carretera se volvían inmensamente borrosas ante
mis ojos, poco a poco, entre sueños, hago memoria de como empecé a mover el
volante tratando de no perder el camino, pero lo perdí; mis ojos se cerraron
por unos 10 segundos, y al abrirlos, ya tenía un auto frente a mí, el auto de
la Sra. Richardson, lo golpee tan fuerte y a tan alta velocidad, que solo
recuerdo vagamente como intente proteger a Vivian con mis brazos y como el
choque de las dos maquinarias fue tan ensordecedor que mis oídos parecían estar
a punto de estallar, después, todo se volvió completamente oscuro, desperté y
ambos autos estaban echando humo, Vivian estaba llena de sangre, yo , me
encontraba aturdido y lleno de golpes en mi cabeza y mis brazos, comencé a
gritarle a Vivian, nunca me contesto, salí del auto a pedir ayuda y en ese
momento me di cuenta que Vivian nunca más regresaría a mi lado.
5 años, me dieron de cárcel,
muerte imprudencial fue el cargo, su familia me demando y aunque pudieron
haberme dado 10 o hasta 15 años en prisión,
el jurado se apiado de mí, no sé por qué, quizás la historia de un
trabajador común dentro de un poblado industrial, que venía con su novia después
de tomar unas cuantas cervezas les parecía muy conocida, posiblemente se
identificaban consigo mismos, tal vez sabían que en un descuido, como el mío,
podrían ocupar mi lugar; 5 años me parecían poco, una estupidez mía me quito a
Vivian; nunca la engañe, nunca la golpee, nunca discutí a altas horas de la
noche con ella y jamás fui celoso, no fui el novio ejemplar que podrían unos
decir, no, era un hombre común, con una mujer común, en un lugar bastante común
también, nuestra vida, transcurría en relativa paz; probablemente nunca íbamos a
tener una gran casa, con un perro y un par de niños; probablemente, hubiésemos
llegado a casa ese día, hubiéramos dormido y al otro día hubiese ido a la
fábrica, tal vez seguiríamos juntos hasta ahora, no lo sé , nunca lo sabré;
Salí de la cárcel y hasta ahora parece que mi vida regresa a la normalidad,
pero no es así, todos en Green Garden me miran de reojo, con una mirada de
desdén en ocasiones, mi hermano dejo el pueblo, en la fábrica trabajo sin parar,
pero la culpa me rodea, me toma por completo en las noches, me desgarra en
momentos inesperados; a veces, solo quisiera ser libre de todo sentimiento,
libre de todo recuerdo, pero no puedo y tampoco quiero hacerlo, Vivian vive en
esos recuerdos, vive en esa culpa y ese inmenso amor que aún le tengo, en estos
atardeceres en Green Garden, en los hermosos paisajes que se dibujan en los
otoños sobre el condado, entre los árboles , los hornos de la fábrica, el cielo
rojo y sus rayos de sol que se aclaran ante la mirada de todos los que aquí
vivimos y morimos; cuando deje ir todo
esto quizás, mi vida acabe en este pueblo, incluso en este mundo.
Ian Pavel.
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