miércoles, 31 de agosto de 2011

Dos Semanas

Dos Semanas

El sol inclemente de verano brilla fuerte en el horizonte esta tarde, aun así, el aire no es cálido, se podría decir que es templado y suave que coquetea levemente con mis sentidos, el rumor de lluvia se hace visible y audible desde el cielo protector grisáceo que esta por encima de mi, inevitablemente es momento de acelerar un poco el paso antes de que la inexorable lluvia de la tarde me empape por completo. Tengo prisa, pero por desgracia el subterráneo no lo controlo yo, debo esperar pacientemente la llegada a cada estación y el abordaje de las personas, tengo que recorrer kilometro a kilometro para llegar a la terminal de esta línea para después transbordar a la siguiente línea y recorrer otras dos estaciones mas que me dejen cerca de la casa de Alejandra, el tren, me deja a unas cuatro calles de su casa, una pequeña pero acogedora casa, la extraño, la verdad  no se por que pero la extraño, tiene un par de semanas que no la veo, que no la beso, que no salgo a caminar con ella o a ver una película o a comer, en fin a hacer las cosas comunes que una pareja hace en cada oportunidad que tiene de verse y convivir, extraño su sexo y el mío unidos a la mitad de la noche rodeados de risas, sudor y gemidos, extraño sus desplantes de niña consentida,  extraño el calor de sus brazos y el toque terso de su piel, el del brillo de  su cabello castaño a la luz del sol de la tarde. Podría seguir enumerando N cosas pero despierto de mi sueño y me doy cuenta que es momento de bajarme del tren y caminar para tomar el siguiente. Mientras camino escucho música a alto volumen sin importar la gente a mí alrededor, canturreo en mis adentros algo así: “He Believes In Beauty…” el compas de la canción es armónico y perfecto para mi caminar y la letra de la canción me recuerda todavía mas a Alejandra, en verdad no puedo esperar a verla, dos semanas es mucho tiempo, demasiado diría yo,  al menos para mi, se me ha hecho una eternidad y este estúpido trayecto es cada vez mas pesado a medida que me acerco a mi destino, incluso revolotea mi estomago cruelmente como si fuesen nauseas, ¿Mariposas en el estomago? , ¿Nerviosismo?, parecen síntomas de abstención de un maldito junkie, ella es una droga y  creo, sin duda que me he hecho adicto a ella; ¿Se hartara de mi?, tal vez, puede que por eso me cite cada vez mas esporádicamente, ¿Habrá comprendido que me controla por completo?, puede ser, sabe que no hay nadie cerca de mi y no estoy interesado en nadie mas por el momento, me tiene en sus manos… ¡Joder!  Se me cayó mi reproductor, la canción se detiene, recojo el estúpido reproductor, continuo caminando, ¡Me cago en este transborde de mierda!, es larguísimo pero al final estoy viendo las escaleras que me anuncian el anden de la dirección donde debo tomar el tren, subo las escaleras y el tren viene arribando, me acerco y me subo en el, por desgracia mi reproductor ya no enciende, debo ir en silencio con la compañía de mis pensamientos inútiles y las voces de unos pelotudos de mierda que vienen cerca de mi asiento, ¡Al fin!, al fin vislumbro la estación a donde debo llegar, llego a la estación y se aben las puertas, salgo de prisa pero aun así acelero todavía más mi paso, mis manos sudan, esto no es bueno, algo me recorre la espalda de punta a punta, ¿Un presentimiento?, ¡Al carajo! continuare mi camino.


“Would You Always
Maybe Sometimes
Make It Easy
Take Your Time…”

Esa canción suena insistentemente en mi cabeza, tal vez es su coro pegadizo o que algo muy en mi inconsciente se despertó al escuchar estas líneas, ¿Qué podría ser?, no lo se, por el momento no me interesa mucho; camino y la amenaza de tormenta se hace cada vez mas presente en el ambiente, el viento se torno más frío y ríspido, su coqueteo de la tarde se desvaneció por completo, lo bueno es que ya solo unos metros me separan de la casa de Alejandra, continuo el camino y a medida que camino el cansancio del trayecto se desvanece como por arte de magia. Ahora solo cien pasos me separan de verla una vez mas, pero esa extraña sensación de hace unos minutos me sigue recorriendo el cuerpo por completo,  prefiero hacer caso omiso, esos cien pasos ahora son cincuenta pasos, veo la fachada de su casa color azul claro, sus ventanas con recubrimientos blancos, sus cortinas de un color gris claro y finalmente su puerta como color crema, los que eran cincuenta pasos ahora son veinte, mis manos temblorosas, salen del escondite de los bolsillos de mi pantalón dispuestas a dirigirse hacia el timbre del lado izquierdo de la puerta, toco el timbre, suena… nadie responde, toco de nuevo el timbre, suena… nadie se acerca, espero unos minutos, tic tac , tic tac  , tic tac … suena de nuevo el timbre y… silencio absoluto, nadie se acerca a la puerta ¿No estará en casa?, lo dudo, pero me quedo esperando unos cuantos minutos mas, las manecillas del reloj avanzan mas lento de lo usual, tic tac, tic tac, tic tac …  pasan mas de quince minutos y continuo afuera de su casa, nadie abre, nadie llega a la casa, el viento comienza soplar mas fuerte, las nubes grises e inmensas parecieran apunto de reventar en miles de gotas de lluvia, volteo a ambos lados de su calle y ni una señal de Alejandra, no alcanzo a comprender la situación, ¿Será que lo olvido?, ¿ Sera que no le importa ya esto?, no, no debo pensar tonterías, ¿Algo le paso?, espero que no, ¿ Por que no me aviso si tenia otra cosa que hacer?, ya, es suficiente me tengo que ir, si sigo aquí me voy resquebrajar en mil pedazos, justo en ese momento la primer gota de lluvia cae al suelo, gigantescas gotas de lluvia comienzan a caer a velocidad vertiginosa, una tras otra se estrellan en el asfalto, comienzo a correr para encontrar algún refugio, corro, cierro los ojos y a medida de que avanzo siento las gotas de lluvia mojando mi rostro, decido correr hacia el subterráneo, continuo corriendo para evitar lo mas que se pueda la lluvia, aun así la lluvia es fuerte e inconmensurable, llego al subterráneo, saco de mi húmeda cartera un ticket para tomar el tren, alzo la cabeza y veo claramente a Alejandra tomando del brazo a otro tipo, la miro fijamente, quiero que voltee a verme, ella no siente mi mirada, insisto con mi mirada, no se ni para que quiero que me vea pero quiero que me observe mojado, solo y desesperado, me importa un carajo mi dignidad pero quiero que me vea, no voltea, cuando sale del subterráneo mientras yo sigo esperando que voltee cerca de la entrada al fin cruzamos nuestras miradas, me observa a los ojos fijamente como por un par de segundos tal vez y me observa, los ojos hablan claramente ya que son la ventana del alma, nunca le importe un jodido bledo, parpadeo y ella ya se desvaneció de mi vista, como si fuese un sueño, observo al tren pasar lentamente, me mantengo estático mientras recupero mi aliento y todos los pasajeros que descienden pasan velozmente a mi lado, todo lo que queda en mi mente y mi corazón es que ya nada puedo hacer, tan solo me queda volver a mi casa, cambiarme la ropa, secarme,  fumarme un cigarrillo y prender la tv, regresar a mi habitual vida en mi departamento con mi laburo de mierda, no queda más, olvidar es la opción, olvidar que hace dos semanas esperaba a que llegase de nuevo el día de poder verla aunque sea por unas horas, sin duda es la mejor alternativa, aunque suene patético, es hora de enterrarlo en algún lugar recóndito de mi mente; el sonido del tren me despierta de nuevo; alzo la mirada y ahí va una vez más mi tren, así que decido correr, no quiero perder mas mi tiempo en este lugar. No quiero.


Ian Pavel





1 comentario:

  1. Me encantoooo!
    no cabe duda que cada dia mejoras
    eso me da mucho gusto sigue así!
    ya parase mas seguido por aqui.
    at2.Alejandra

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